La provincia de Cuneo expresa su personalidad gastronómica a través de platos que están inspirados de antiguas tradiciones. El rey absoluto de la mesa es, sin duda, la trufa blanca de Alba (Tuber Magnatum Pico) cuya área de producción está representada por las colinas de las Langhe, Cuneo Monferrato y Roero, se une tambíen en forma tan popular la trufa negra en sus variaciones, de verano y de invierno. Su uso alcanza su punto máximo con «tajarin» o agnolotti, que representan los primeros platos de excelencia en toda la provincia. Entre los productos de excelencia hay puerros Cervere, caracoles de Cherasco (principal centro italiano de producción), las setas de Apeninos de Liguria y las castañas que, en esta provincia, han obtenido la marca IGP y que se utilizan en pastelería para la preparación del «castagnaccio» o para la preparación de «marron glacèe». Muy importantes son también los quesos. La provincia cuenta cinco productos con marca DOP: la Toma Piemontese, el Murazzano, el Raschera, el Bra y el Castelmagno. El último en particular es utilizado como condimento de algunos platos de pastas como ñoquis. Con fuerte personalidad son los segundos platos como la gran hervida de carne y la cocida en Barolo. Incluso los vinos tienen una importancia considerable en la cultura gastronómica de Cuneo, de echo entre ellos hay algunas excelencias mundial como el Barolo DOCG y Barbaresco DOCG. Pero muchos otros siguen como el Dolcetto di Diano d’Alba DOCG, el Barbera d’Alba DOC, el Nebbiolo d’Alba DOC y el Colline Saluzzesi. Dulces tipícos son el turrón d’Alba, hecho con miel, almendras y azúcar, los Cuneesi al Ron, grandes chocolates formados por dos barquillos de merengue que contienen una crema de chocolate negro y ron.