Innegable es la importancia, cuando se visitan estos lugares, de mirar la famosa Reggia di Caserta; fue en 1750 cuando Carlos de Borbón decidió construir este PaLacio como centro del nuevo gran Reino de Nápoles, ahora autónomo y separado del dominio español. El proyecto de esta construcción masiva, se confió, después de subidas y bajadas, al arquitecto Luigi Vanvitelli, hijo del pintor más importante de vistas, Gaspar Van Wittel, ya activo en Roma bajo Benedicto XIV en la restauración de la cúpula de San Pedro. Fué el hijo, Carlo Vanvitelli, que llevó a buen término en el siglo siguiente esta magnífica residencia real. Edificio de planta rectangular, extendido en cinco pisos de altura con vistas a cuatro grandes patios. Pero lo que más sorprende son los increíbles jardines pasables en agradables paseos donde se pueden admirar esculturas, fuentes y cascadas. Este PaLacio no es el único testigo evidencte del gran desarrollo de la construcción durante el período Borbón; el complejo monumental de Belvedere de San Leucio fue destinado, inicialmente, como coto y por vacaciones y desarrollado a instancia de Ferdinand IV, quien deseaba crear una pequeña ciudad dedicada a la fabricación de la seda. Hoy se pueden visitar los apartamentos reales, el Museo de la seda y una colección de herramientas antiguas y engranajes restaurados y completamente funcionales. Encaramado en una colina y con planta medieval típica se encuentra el antiguo pueblo de Caserta Vecchia, caracterizado por calles estrechas y casas de piedra que se disponen alrededor de la Catedral. En los alrededores de Caserta es el hermoso Santa Maria Capua Vetere con el anfiteatro Campano, de época romana, el Museo Arqueológico de la antigua Capua y la hermosa catedral de Santa Maria Maggiore. Se destaca tambíen la Basílica benedictina de s. Angelo en Formis, joya de la arquitectura y del arte y el Museo Campano. Numerosos parques regionales se encontran en estas tierras a partir del Parque Regional de Roccamorfina, dominado por el antiguo volcán, ahora inactivo y el Parque Regional de Matese, caracterizado por hermosos paisajes que tejen en testimonios de antiguas dominaciones y al mismo tiempo ofrecen la posibilidad de diferentes tipos de actividades incluidas senderismo, trekking, cabalgatas, mountain bike, esquí, escalada en roca y hielo.