Messina, capital homonima de esta provincia, espera los visitantes más allá del estrecho con su puerto, escala de transbordadores para el continente; primero en Italia por el número de pasajeros en tránsito y sexto para tráfico de crucero. La ciudad es un mixto entre modernidad, que caracteriza toda la planta urbana y testimonios del glorioso pasado. El más prestigioso monumento normande querido por Ruggero II es la Catedral, construida en la primera mitad del siglo XII con a su interior la estatua de S. Juan Bautista atribuida a Antonello Gagini y la Capilla del Sacramento realizada por Jacopo del Duca, alumno de Miguelangel. Cada día al filo del mediodía, es posible admirar en el lado oeste del Campanario las figuras escultorales animadas por artefactos mecánicos que representan episodios históricos y religiosos de la ciudad. Al centro de la calle, la Fuente de Orione del siglo ‘500, fuente monumental de Messina realizada por Don Juan Ángel Montorsoli, también discípulo de Miguel Ángel, que data de 1553. Los otros edificios religiosos por visitar son la iglesia de San Francisco de Assisi, primer templo erigido por el orden franciscano en Sicilia y la Iglesia de la Sanctisima Annunziata de catalanes, construida entre el 1150 y el 1200 sobre los restos del templo pagan de Neptuno. Digno de nota es el Museo Regional (Galería) en el que se exponen valiosas obras entre las que se destacan el «Polittico de San Gregorio» de Antonello de Messina, la «Adoración de Magos» y la «Resurrección de Lazzaro» del Caravaggio. Además, es posible admirar sarcófagos romanos, bustos, mosaicos, tablas, esculturas y platas del período normando – suabio. En el resto de la provincia numerosos son las aldeas en que es agradable admirar, además de la belleza de la naturaleza también los interesantes testimonios históricos y artísticos. Es un ejemplo Taormina, conocida como la «Señora de la costera jónica», de una belleza extraordinaria que tiene entre sus monumentos principales el célebre teatro antiguo, uno de los más grandes de época griego-romana, inmerso entre cultivos de olivos, naranjas y almendros que embriagan el aire con sus perfumes. Para quien quiere dedicarse a itinerarios en la naturaleza se aconseja la visita de la Reserva Regional, constituida por una isla de origen volcánico cerca de Monti Nebrodi, y habitada mayormente por lirónes y por el halcón de reina. Sin olvidar la visita a las islas Eolias, frente al Golfo de Patti, de una extraordinaria belleza y únicas al mundo en colores y matices, casi como si fuesen a componer un mosaico de tarjetas variopintas rodeadas por el mar.