La Costa de Amalfi es un excelente ejemplo de un paisaje mediterráneo, con grandes valores paisajísticos culturales y naturales que se parece a un balcón suspendido entre el mar azul cobalto y las laderas de las montañas de Lattari, en promontorios, pequeñas calas, playas y terrazas plantadas con árboles frutales cítricos, viñas y olivos. Un entorno único, protegido por la UNESCO, se extiende entre el Golfo de Nápoles y Salerno, que incluye 16 municipios, entre ellos: Amalfi, Cava de ‘Tirreni, Positano, Praiano y Vietri sul Mare, una diferente de la otra, cada una con sus tradiciones y caracterizadas por monumentos arquitectónicos representados por pueblos que le han dominado. Entre los lugares más famosos es Amalfi, fundada en el siglo IV a.C. de la que la costa se llama. Perteneciente a las repúblicas marítimas antiguas, Amalfi tenía el monopolio del comercio en el mar Tirreno fomentando las exportaciones de madera, hierro, armas, vino y fruta en los mercados del Este, a cambio de especias, perfumes, joyas y alfombras. Debido a su topografía la forma de Amalfi recuerda a los suk orientales típicos con grupos de casas que se aferran en pendientes pronunciados. Gracias al dominio de las poblaciones del Este, Amalfi ha desarrollado la arquitectura árabe-siciliana típica que se puede admirar en la Catedral de San Andrés Apóstol, uno de los monumentos más visitados de la costa. También muy importantes son los pueblos de montaña de la costa, algunos situados hasta 350 metros de nivel, verdaderas joyas por elegancia de sus centros históricos.