Nuoro es considerado como el corazón de la isla, una ciudad cerrada entre la meseta del Goceano y del Marghine a norte, por el altiplano de la Giara de Gesturi al oeste, por el lago Mulargia al este y por el valle del Flumendosa al sur. Encierra dentro de su propio territorio el imponente macizo del Gennargentu y el Supramonte, las montañas más altas de Cerdeña que llegan con Punta Lamarmora a los 1834 metros de altitud. Estas montañas representan el ambiente natural más aspero y salvaje de toda la isla, una verdadera reserva natural donde los bosques de acebo y de alcornoques nunca han sufrido intervenciones invasivos por parte del hombre y en el cual los pastores han vivido durante siglos una vida dura casi a los límites de la supervivencia, tanto que el territorio, precisamente por estas características, con el paso del tiempo, se despobló man mano, manteniendo una aspecto salvaje, rico de encanto y muy estimulante para quien quiera hacer senderismo y en las visitas a la naturaleza. El Supramonte es un territorio único y muy interesante que conserva importantes especies de fauna y flora sarda. La ciudad de Nuoro, Nugos, este es su nombre en la época medieval, que se mantiene sólida sobre los estratos graniticos del Monte Ortobene tiene orígenes muy antiguas como demuestran el nuraghe y la aldea nuragica de Tanca Manna, situada en una colina en el alrededos del centro de la ciudad, fue hasta hace pocos decenios, una comunidad pastoral que ha conocido un importante desarrollo urbano en los años treinta, cuando se ha convertido capital de provincia. Este desarrollo tiene casi del todo cancelado la identidad anterior, visible hoy sólo en el centro histórico sobre todo en los barrios de Seuna, habitado por los campesinos, y de Santu Pedru, la parte antigua habitada por los pastores. Casi todo el centro habitado se ha desarrollado en los decenios alrededor del curso Garibaldi, hoy día particularmente animado en horas nocturnas. La ciudad ha expresado en el tiempo una gran riqueza cultural dando los nacimientos al premio Nobel de Literatura la escritora Gracia Deledda, a la cual se ha dedicado un museo, al poeta Sebastián Satta, al escultor Ciusa y al jurista Attilio Deffenu. Actualmente alberga, en un hermoso paLacio en el centro de la ciudad, el Man, museo de arte contemporáneo y, siempre en el centro de la ciudad el museo de las artes y las tradiciones populares con más de 8.000 hallazgos entre cuyos trajes tradicionales, utillajes, talismanos, instrumentos musicales y otros objetos típicos de la vida y de las tradiciones populares de los países interiores. Se señala la Sagra del Redentore que se celebra todos los años el último domingo de agosto, una espléndida procesión que se desarrolla en el centro de la ciudad y que recuerda la colocación de la estatua del Redentore sobre el Monte Ortobene que se remonda de 1901. Una fiesta de colores y una oportunidad para los turistas de admirar todos los trajes tradicionales de la isla.