Declarada patrimonio de la humanidad en 2002 por Unesco junto a Scicli y Módica, la ciudad de Ragusa, conocida como la «Ciudad de los puentes» por la presencia de tres estructuras muy pintorescas (el Puente Viejo, el Puente Nuevo y el Puente de San Vito), es uno de los lugares más importantes para la presencia de testimonios de arte barroca desde su centro histórico. Después de un devastador terremoto que destruyó en 1693 casi totalmente la ciudad, la reconstrucción la divididió en dos grandes barrios: Ragusa Superior, situada en la meseta y Ragusa Ibla, nacida de las ruinas de la antigua ciudad y reconstruida según la antigua instalación medieval. Una densa red de escalinadas y puentes conectan las dos partes de la ciudad y conducen a la Catedral de San Jorge, símbolo de la capital de la homonima provincia y de estilo típicamente barroco, rico de columnas, esculturas, estatuas y coronado por la gran cúpola de estilo neoclásico. Dignas de nota son la Catedral de San Juan Bautista, dividida en cinco partes por grandes columnas y enriquecida por tres espléndidos portales, y S. Maria de la Escalera con el portal del año tresciento, única estructura que sobrevivió al terremoto y formado por un arco agudo del ‘400 en piedra de calcáreas rosa decorado con tallas que representan San Jorge a caballo en la intención de matar el dragón. El estilo barroco aparece también por las arquitecturas civiles como PaLacio Cosentini del siglo XVIII con elegantes balcones decorados con figuras del mundo alegórico y fantástico, PaLacio Bertini, PaLacio Zacco, PaLacio Schininà de Sant’Elia y PaLacio la Rocca. En los alrededores de Ragusa se señala además el Castillo Donnafugata, un complejo arquitectónico de gran mérito de estilo y la visita a la zona arqueológica de Iblea; en particular a la zona de Fuente Nueva, de Kamarina, de monte Arcibessi y de las cuevas de Trebacche. Como localidad marina, es aconsejada Ragusa marina, uno de los más equipados y conocidos balearios de Sicilia meridional. Por lo que concerne Módica, pequeña ciudad al interior y ciudad natal de Salatore Quasimodo, por ver son la Catedral de San Giorgio y el PaLacio de la Cultura. Mientras, a Scicli no se pueden perder los paseos entre balcones decorados con bellísimos adornos florales y portales tallados con marcos y esculturas, característicos de los principales paLacios señoriales.