La provincia bergamasca está llena de productos gastronomicos y de calidad, empezando por los distintos tipos de queso. Destacan, en particular, el Branzi, la formaggella, la Valtellina, el formai de Mut, el Taleggio, el Gorgonzola, los Stracchini y Caprinos. Con todos estos quesos se prepara uno de los platos más tradicionales del lugar, es decir, la polenta taragna, consumida principalmente en invierno. Los primeros platos bergamaschi son los «Casonsèi de la bergamasca» con la variante, respecto a los brescianos, de la pancetta como salsa, y los «Scarpinocc de Par», preparados con pasta fresca. Pero también potajes, sopas, arroz, sopa de cebada, strangolapreti y ñoquis de espinacas. En cuanto a los segundos platos, encontramos el cabrito, los caracoles en húmedo, las ranas fritas, los sanguinacci y los salchichones frescos. Numerosos los postres entre los que se destacan las galletas de Clusone, recubiertos de chocolate; las galletas de San Pellegrino; i dolcetti de mazapán en forma de polenta y osèi, hechos con bizcocho, harina de maíz, azúcares y decorados con trozos de chocolate en forma de pequeños pájaros cantores; y aún, la tarta de Treviglio y la tarta de Donizetti, que consiste en una especie de dona grumosa con cande de piña y albaricoque. El Valcalepio desde los comienzos de los años ’70, se ha convertido en una zona muy conocida para la producción vinícola hasta obtener la prestigiosa certificación DOC en tipologías rojo, blanco y Moscato pasito.