Sassari debe sus tradiciones y su identidad culinaria fuertemente ligada a la tierra y a todo lo que ella producía: la ciudad fue y es todavía rodeada de fértiles huertos y amplios parcelas de terreno que fueron cultivados con apreciado trigo duro, fue precisamente ese preciado alimento para incitar a los Cartaginesi y posteriormente los romanos a la conquista de Cerdeña. Podemos afirmar que la generosidad de esta tierra ha creado una verdadera cultura del pan que en siglos ha representado el alma y la estructura portante de la alimentación del pueblo. También los nombres datos a los distintos tipos de harina se remontan a la dominación romana para que «similia» se ha convertido en sémola para indicar la parte más preciado del grano y del «furfur» se origina el término «fuifaru», la salvado y esto la partede calidad inferior de la trituración del trigo. Los panes propuesto en toda la isla tienen variantes y sabores infinitos y de manera particular en la provincia de Sassari donde se había el pan no sólo para la subsistencia diaria pero también para fiestas y ocasiones especiales con panes artísticos que para formas y talladas recordan los símbolos paleocristianos de panes votivos. Siempre utilizando el pan se hacen sabrosos primeros platos; del pan «carasau» hay la variante del pan frattau salpicado con jugos y queso Pecorino fresco o del pan’a fittas (rebanada de pan) aún un abundante y delicioso primer plato que se realiza sazonando con queso el pan previamente puesto a hervir en caldo de carne de oveja para suavizarse. Junto a las sopas no podemos no mencionar los famosos «malloreddus» lasañas hechas a mano y los «maccherones de busa» especies de espaguetis que tienen la particularidad de ser perforados y por tanto de recoger al mejor el condimento con el cual se han servido. Todos los leguminosas están presentes en la tabla de sardos y de manera especial en el norte de Cerdeña donde se utilizan para preparar elaboradas sopas a menudo aromatizadas con el hinojo salvaje. La tradición de los segundos platos tiene como peculiaridad la carne de cordero sacrificado antes de tiempo para que las carnes así jóvenes y cocinados a arte tienen un sabor muy delicado; también las tripas del animal, preparadas con arte y maestría se utilizan para preparar diferentes platos. Las tripas se entrecruzan y atadas finamente hasta obtener la «cordula» que se hace asada o en húmedo. Muy apreciadas también las tripas fritas con cebollas y vinagre y aromatizadas con hojas de laurel. Representan una verdadera glotonería los caracoles, un plato muy amado por los abitantes de Sassari, que se proponen en función de las diferentes especies en húmedo o asados; testimonio de la larga utilización de caracoles en la alimentación del norte de Cerdeña las grandes cantidades de cáscaras encontrados cerca de los años 50/60 en el sitio pre-nuragico de monte de Accoddi, en las campañas entre Sassari y Puerto Torres.