Trieste, capital de la provincia es con vistas al mar y está rodeada por una meseta de karst pintoresco. Ciudad de frontera, es una mezcla de las culturas italiana, Austro-húngara y eslava. Los principales monumentos están situados en el centro histórico y son el Arco Riccardo y el teatro romano, construido por el emperador Trajano del siglo I a II casi en su totalidad en piedra. Siempre en el centro pero situado en alto entre escaleras y callejones, se alza el castillo de San Jorge cerca de la catedral de San Giusto del siglo XIV, el edificio religioso más importante de la ciudad. No se debe pierder Piazza Dell’Unità d’Italia, de estilo de Viena, rodeada en tres lados por edificios de estilo neoclásico y el cuarto lado por el mar. Se tenga en cuenta el impresionante faro de la Victoria que se levanta en la colina de Gretta, monumento dedicado a los caídos de la primera guerra mundial. Importantes escritores como James Joyce, Rainer Maria Rilke y Italo Svevo estaban fascinados por los cafés históricos que fueron lugares de reunión por eruditos y escritores, que junto con el puerto y la impresionante arquitectura de estilo Art Nouveau hacen la ciudad misteriosa y fascinante. En cuanto a los sitios ubicados fuera del centro de la ciudad, también son accesibles a través de la histórica “tranvía de Opicina», en funcionamiento desde 1902, que conduce a la aldea de karst Opicina, sobre la ciudad, donde se puede detenerse al obelisco, justo al final de la subida para tomar la Napoleónica, una ruta panorámica sobre el mar. En el resto de la provincia son muchos los destinos interesantes a partir de la ciudad costera de Muggia en estilo veneciano con un característico puerto, una magnífica catedral y edificios valiosos como el castillo, sin dejar de mencionar para los amantes de la arqueología el Parque Arqueológico de Muggia Vecchia. En el lado opuesto en Muggia en el Golfo de Trieste está situado el pueblo de Duino, que cuenta con un castillo construido sobre una roca kárstica con vistas al mar, rodeado por un amplio parque con terrazas y avenidas. A pocos kilómetros dl mar hay la Val Rosandra, un paisaje especial porque las paredes escarpadas de roca blanca recuerdan más un valle de alta montaña que un valle situado a pocos kilómetros del mar; aquí se recomenda el paseo que se inicia desde la localidad de Bagnoli de la Rosandra y franqueas antes el arroyo y luego sube a la iglesia isolatissima de Santa María en Siaris, situada en una pared escarpada de la roca karstica. Monrupino, ubicado en lo alto de una colina, es un mirador sobre la meseta de karst y la aldea de Rupingrande con la famosa casa de Karst, una especie de Museo etnográfico que recoge trajes, herramientas y muebles rurales.