Turín, además de ser una de las ciudades más bellas de Italia, ha sido el corazón del reino de la familia Saboya, que, en la ciudad y en su alrededor, dejaronlos testigos principales de su reino. Algunos de ellos ahora se consideran patrimonio de la humanidad de UNESCO por su belleza. El sistema de las residencias de los Saboya se remonta a 1562, cuando el duque Emanuele Filiberto de Saboya decidió trasladar la capital del Ducado a Turín. A partir del siglo XVI se inició la reconstrucción de viejos castillos (también de la época romana) y la construcción de las espléndidas residencias reales, trabajo encomendado a arquitectos como Carlo y Amedeo di Castellamonte, Juvarra, Guarino Guarini y Pelagio Palagi. En el corazón de Turín, el Palacio Real es la primera y más importante residencia de los Saboya en Piamonte: obra de Castellamonte, tiene una fachada del siglo XVII y interiores ricamente decorados. Muy cerca se encuentra Palazzo Madama, con la fachada y la hermosa escalera de Juvarra. El Palazzo Carignano barroco, lugar de nacimiento de Carlo Alberto y Vittorio Emanuele II, fue la sede del primer Parlamento italiano. A lo largo de las orillas del Po se puede visitar el Castillo del Valentino, en estilo francés, ahora universidad. Situada sobre una colina con vistas a la ciudad, se encuentra la Villa della Regina, con sus pinturas del siglo XVII y XVIII, los muebles originales y el enorme jardín. El Castillo de Rivoli comenzó como fortaleza militar, actualmente alberga el Museo de Arte Contemporáneo; La Reggia di Venaria se conoce como el «Versalles» Savoy, caracterizado por el Salón de Diana, la Gran Galería, la capilla de St. Hubert y los jardines monumentales. No muy lejos se encuentran el Castillo de La Mandria, con su gran parque natural, el pabellón de caza de Stupinigi, de Filippo Juvara, una vez residencia de Napoleón a principios del siglo XIX, el Castello di Moncalieri, uno de los más antiguos, construido en la Edad Media con propósitos defensivos y convertida a la vida en la corte por los Saboya, y el Castillo de Agliè, con sus trescientas habitaciones lujosamente decoradas. En la provincia de Cuneo son el castillo de Racconigi, con su gran parque natural, y el castillo de Govone, que fue la residencia de verano de los Saboya, que alberga en su particularidad, el jardín del siglo XVIII y los trompe-l’oeil de inspiración mitológica en la Sala de Honor. Por último, el castillo y la resistencia de Pollenzo (CN), que hoy alberga la Universidad del Sabor fundada por Slow Food.