Villa Adriana en Tívoli es la más imponente villa imperial romana, la construcción fue iniciada por el emperador Adriano (de 117 dC). Más grande de Pompeya, incluía unos treinta edificios con parques, jardines, lagos, estanques ornamentales y fuentes. Despedida por Totila (544 dC) y luego olvidada, se convirtió en una cantera de material de construcción para quemar los mármoles para obtener la cal y de ahí ladrillos y toba también para ser reutilizados en las casas de Tivoli. En 1450 la Villa fue redescubierta por Flavio Biondo que, con la ayuda del Papa Pio II Piccolomini, iniciaron las excavaciones que en cinco siglos, fueron traídos a la luz estatuas, mármol y mosaicos, que ahora se conservan en los museos de todo el mundo. Sus edificios se distribuyen en terrazas artificiales en diferentes niveles, cada uno de los cuales estaba rodeado de muros y vigilado con rutas obligadas a cambiar de terraza en terraza. El más bajo es la entrada actual, desde donde se sube al Teatro Griego, el Gimnasio, el Ninfeo de la Fe y la terraza de Tempe, y luego a las terrazas de Bibliotecas. Se llega a la explanada del Pecile, y el nivel más alto del Teatro Marítimo, Biblioteca griega y latina y el Palacio Imperial. Por último, los niveles de la Plaza de Oro y el Edificio de Peschiera. Después del Pecile existe la antigua entrada que conduce al vestíbulo y las termas, todos en el mismo nivel y al pie de la colina que se ve la zona más alta de la Villa: la explanada del Pretorio y la explanada de la Academia, la verdadera Acrópolis.